No me canso de observar el lenguaje que se utiliza por casi todo el mundo. Más parece un lenguaje de taberna…, chabacano…, personas «muy relamidas y bien arregladas, jóvenes o maduros, aunque sean personas «con estudios» o sin ellos. Paree que si trufan el mensaje con palabras altisonante, tiene más gracia o más mérito. Una cosa es una expresión de dolor cuando recibimos un golpe y otra es adornar nuestro parlamento sin ningún motivo.
Esas maneras se están filtrando en nuestra sociedad sin prisa pero sin pausa, lentamente y críos de 5 o 6 años, pueden decir cosas que sonrojarían al mayor camionero del mundo. (con perdón de los camioneros)
Las personas públicas no se libran de esa moda e imitan el lenguaje tabernario que ahora es «progre», aunque yo creo que es de mal gusto y poco respetuoso. Es una vergüenza hablar así, para aquellos que les pagamos con nuestros impuestos, ( o quizás no saben hablas seguido)
Meterse con una persona por su aspecto físico ridiculizándolo, me parece despreciable. El marido de una amiga, ingeniero industrial con experiencia, siempre decía cuando alguien se metía con él por su alopecia: ¿Tú has visto a algún burro calvo? Creo que es una buena reflexión. Muchos burros con abundante cabellera se pasean ufanos por este solar patrio…, y a así nos va.
Tintero y pincel 