Balneario.

Dicen que las personas cuando ya han viajado por casi todo el mundo, se van a descansar a un balneario. Yo he tenido mucha suerte de viajar por los cuatro continentes, (me ha faltado Australia) y debo reconocer que siempre he podido aprender de todo y de todos, de unos «a hacer» y de otros, «a no hacer nunca.»

Viajar, si vas con los ojos abiertos y aprendiendo, te proporciona una pátina, una forma de disfrutar de todo. Su gente, sus costumbres, su gastronomía…, y siempre me traje un recuerdo material para evocar los viajes. Cuando viajas, valores lo diferente, pero sobre todo, la atención personal que te ofrecen. Volví, después de un año, a ese balneario. ¡se acordaban de mí ! y eso que era de un tamaño mediano… Mi amigo decía «Es que dejas huella». (espero que para bien).

Pero recordar los nombres de las personas, preguntar por la familia, sonreír cuando te dan el tratamiento, tener una palabra amable para quien te hace la cama…., Eso es muy importante. No puedes ir de «pedona-vidas. Si en el fondo, todos nos necesitamos… Si la señora no limpia, se¡¡resulta incómoda.

Un político dijo: «Ser importante, que te conozcan todos y te saluden, es agradable…, pero más importante es ser agradable». Habría que aplicarlo a todo el mundo.