Nombres.

Siempre he tenido la sensación que mis padres tuvieron una buena elección al ponernos los nombres propios. Es decir, nada de diminutivos. Cuando veo a personas ¿hechas y derechas? que se hacen llamar: Nina, Titi, Cuca, Nani, Leles, Chiqui y cosas parecidas, pienso que esas personas no han crecido, que continúan en la infancia.

Las personas que las rodean, ¿las siguen considerando inmaduras o que necesitan protección?, por mucho que tengan más años que Cascorro, que sean profesionales y que tengan opiniones propias.

Es una pena que esas personas (que pueden votar) respondan a palabras que significaron un apelativo cariñoso pero se siguen identifican a sí mismas con expresiones que más suenan a animales de compañía que a personas adultas.

El otro día, preguntando a una persona por su nombre, me quedé sorprendida. Corresponde a una leyenda y el personaje, no se caracteriza por haber sido un dechado de virtudes.,(teniendo en cuenta que es una leyenda) Pero a lo mejor es que «sonaba muy bien» cuando sus padres se lo pusieron.

¡¡ Ojo !! es nombre es para toda la vida.

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De tinteroypincel

Me gusta la Naturaleza, la literatura, el dibujo, la pintura y los niños. Estar con mis amigos y contar historias, reír y hacer un pocos más fácil la vida a los demás.

2 comments

  1. Cuanta razón tienes, amiga. Pero hay cada nombre por ahí que asusta… Hemos cambiado tanto los humanos, que hasta para eso imitamos a los animales. Por lo menos nuestras abuelas o nuestros padres, nos ponían el Santo del Día… Yo nací el día de Santa Julita y San Quirico, que era su hijo, niño martir, italianos; menos mal que no me pusieron Quirica, porque, si me hubieran puesto Quirica, ahora me llamarían Quiri, -como a los gatos en Estados Unidos- .

    1. Hola amiga. ¿Cuanto me he reído con tu comentario…! Los padres pensaban en la protección del niño , ahora ¡que suene bien! Gracias por el buen humos que tienes y que me ha hecho reír. Un abrazo.

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