Estábamos en una reunión familiar charlando con tranquilidad. Tres generaciones juntas, unos con los dispositivos en danza, pero no sin dejar de prestar atención a la conversación de los mayores. Se quejaba la segunda generación que es un mal endémico en esta generación (no sé si de cristal, de espuma o de qué), que no tienen ningún interés por el esfuerzo. Hablaban de distintos niveles educativos y que en todos ellos, se notaba un desinterés en general.
Saben idiomas, quieren tener trabajos muy bien remunerados pero son «la ley del mínimo esfuerzo». Hace mucho tiempo que yo decía «5 pelón y libro al cajón» » y eso está cada vez mas claro. Preadolescentes buenos, incluso brillantes, ¿El error está en los padres, en el sistema educativo, en la Sociedad?
Creo que hay un fallo en esta generación donde todo se les da hecho. «El campus para practicas un idioma, o un deporte, o un viaje de fin de ciclo, para que no se frustren». No se les pide nada a cambio, que se esfuercen es los estudios, que mejoren el rendimiento, que mantengan una corrección de palabra y gestos por sus padres, que realicen trabajos de colaboración en la casa…
Los padres dejan otras prioridades personales e incluso inmediatas para que a sus hijos no les falte de nada, «no vaya a ser que se frustran». Educar sin aplicar la Ley del esfuerzo es muy peligroso, porque esos hijos no sabrán salir adelante ante los riesgos y dificultades donde la vida les puede sorprenden. Cuando unos adolescentes solo aplican su interés personal y egoísta, muy mal vamos.
