Todos hemos sido jóvenes, hemos tenido ganas de fiestas y, a veces, nos hemos pasado un poco ¿o no? Disfruto de las fiestas populares, pasacalles, desfiles, charangas, conciertos, pero también las sufro, porque hay tiempo para todo y creo que «empalmar la noche con el día» es un exceso.
A las 11 de la noche (más o menos) empiezan los conciertos en diferentes plazas de la ciudad y sobre las 3 de la mañana, acaban. El problema son eras personas que, con voz estentórea, llaman al amigo: Fulanooo. y no contentos con eso, silban repetidas veces , «a las 3 de la mañana, a las 4 o incluso más tarde, silban como gomeros, pero más desafinados.
Eso se llama falta de educación. Que tú estás de fiesta y que no permitas el descanso ajeno, no son ganas de divertirse, es falta de respeto a los demás. Porque a partir del fin del concierto, comienza la «romería de gritos, llamadas y similares», y no para hasta las 8 de la mañana que se recogen. ¿No tienen casa esos chavales, y no tan chavales, para volver?, ¿Y no tienen familia? ¿No hay ordenanzas municipales? Y si hay algún enfermo , anciano o niño, ¿qué hacen, se aguantas?
Lo siento, pero es una lástima. Mucho inglés, mucha inglés pero poca educación.
