Normalmente, no suelo hacer comentarios en grupos. Nunca sabes quien escucha y cómo lo interpretan. Pero contra mi costumbre, un día comenté que, por prudencia, nunca se debe hablar ni de política, ni de religión, ni de dinero. otro interlocutor añadió, ni de futbol, con lo cual dejo claro cuales eran sus intereses.
A veces, tengo un pequeño problema, soy «como el reloj de Pamplona» Cuando comento algo, «se queda dicho». En aquella ocasión es lo que me pasó. No porque tenga «la verdad absoluta» sino porque a lo largo de mi experiencia y mi recorrido vital, y conociendo distintas sociedades españolas y extranjeras (pateando sus ciudades y pueblos mezclándome con ellos), llega un momento en que prefiero mantenerme callada y observar. Porque siempre se aprende más observado que hablando. Hay quien dice que soy distante…, o fría…, son opiniones.
El presumido expresa lo que tiene, el pedante de lo que es o ha llegado a ser, del que habla por no callar o porque no lo callen…,mantiene la conversación… Los seres humanos somos un caleidoscopio de personajes muy curiosos.
