Llueve a algarazos y las gotas, gruesas como monedas antiguas, golpean con fuerza el tejado de chapa que cubre el taller. El ruido es tan fuerte que impide que se pueda oír la música que hemos puesto… Lo cierto es que el cobertizo, al que tenemos cariño, cuenta con pocas comodidades, supongo que es la… Continuar leyendo El taller de pintura