Rebajas.

Siempre me ha encantado visitar otros países y llevarme algún recuerdo u objeto ( que no pesara o abultada mucho ), en mi maleta. No soy una «forofa» de las compras, pero sí que me gustan. Sobre todo recordar la situación, con las personas que estaba o el frío ( o el calor ) que pasábamos. Recuerdo a mi hermana, siempre se arrepintió de no haber comprado—, y claro, no era plan de volver a la ciudad…

Tuve un jefe que decía que hay tres cosas que nunca están de rebajas: El dinero, Siempre la duda, ¿será falso)?; los productor de farmacia (¿estará caducados o me sentará mal? y las joyerías ¿liquidar el oro…, y si no tiene el peso que dice, o la pureza de las piezas? Yo, como soy «de andar por casa» los objetos de joyería, no entraban en mis compras (salvo en unas escasísimas ocasiones)

La gracia de ese tipo de ventas, está en el regateo. Ese arte; no menor, de ofertar una cantidad por un objeto o prenda y esperar que el comerciante baje el precio. Unas veces aciertas y otras, no. En Tailandia, paraíso de las imitaciones y el regateo, había una expresión que la decían con mucha frecuencia cuando les parecía un precio muy baja: ¡¡ OH Bancarrota !! No sé quién se la enseñó a la primera persona, pero lo decían muy claro. Y en español. Era su queja.

Si lo piensas,tú nunca te permitirías regatear en una tienda de lujo «del primer mundo». Un poco más de respeto a esas personas que se ganan la vida con su atención y amabilidad.

Por tinteroypincel

Me gusta la Naturaleza, la literatura, el dibujo, la pintura y los niños. Estar con mis amigos y contar historias, reír y hacer un pocos más fácil la vida a los demás.

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