Cuantas veces hemos dicho: Necesito ese objeto, o esa prenda, o esa tecnología, o …, y cuando ya la tenemos volvemos a crearnos otra necesidad, porque tras la euforia de conseguirlo ya no nos interesa.
Somos víctimas del consumismo al que tampoco le oponemos demasiada resistencia: «todos lo tienen…, me lo merezco…, es imprescindible…, no me puedo quedar atrás…», y vamos llenando nuestra casa y nuestra vida de objetos que poco o nada nos aportan y que abandonamos al poco de adquirirlos.
¿Cuantos móviles inútiles y/o anticuados tenemos en casa en un rincón, cuantas bicicletas estáticas, ropa deportiva, raquetas, pequeños electrodomésticos que nos parecieron imprescindibles en nuestro día a dia y que ni recordábamos que teníamos, llenan nuestros armarios?
Esto viene porque estaba ordenando los armarios, esa costumbre de dar la vuelta para saber que hay (que se usa, que se puede tirar) y que me sirve también para tomar conciencia de la cantidad de cosas inservibles que tengo almacenadas y de como simplificar mi vida.
¿Somos los nuevos Diógenes?
Me mude hace poco y la de cosas que descubrí por casa!! Aproveché para hacer limpieza pero creo que los objetos se multiplican escapando de mi control. Creo que no somos Diógenes, es una invasión encubierta jajaja
Estoy de acuerdo contigo, es una invasion. Gracias por comentar.
Siempre me dejas pensando. ¡Cuánta verdad! Somos esclavos creyéndonos libres.
Un abrazo para el tintero y un beso para el pincel.
Bueno, me alegro de que mis «arrebatos» también sirvan para hacer pensar. Lo cierto es que tienes razón, no somos libres…ambos te devuelven el cariño y los abrazos y besos.
Somos libres cuando cumplimos la ley… eso dicen en Estados Unidos.
Pues no se yo…, jajaja
Creo que soy poco consumista. Ropa sí acumulo a veces, pero tampoco demasiada; suelo dar cada año la que no me pongo habitualmente . ¿ Libros? Eso me temo que es un gran pecado…
Besos!
Todos tenemos un poquito de consumista se…, saludos.
No sé si recordarás parte de mi historia, Tintero, pero hace ya tres años que publiqué una entrada titulada «Despojarse de todo», la cual escribí al separarme y al darme cuenta de que no necesitaba nada para vivir (cuando me fui le dejé todo a mi ex). Hoy sólo poseo un bolso con ropa y dos mochilas, una con mi laptop y la otra con libros. Hace casi un año que estoy viajando por toda latinoamérica y me siento más pleno y feliz de lo que me sentí en mis últimos veinte años.
Y no, no somos los nuevos Diógenes, DEBERÍAMOS serlo, lo cual es diferente.
Un abrazo y felices despojamientos.
Hola amigo. Claro que recuerdo tu entrada, me gusto mucho como te planteabas la vida y como continuas planteandotela. Estoy de acuerdo contigo. Un abrazo.