Soñar ¿quien no sueña? Creo que todo el mundo lo hace. Los niños sueñan con ser mayores, con saberse la lección, con ser más fuertes que sus amigos, con aprender a montar en bicicleta… Y los mayores soñamos también, lo que sucede es que, a veces, no lo llamamos sueños sino proyectos, metas, objetivos. Es como si nos diera vergüenza decir que soñamos.
Soñamos con irnos de vacaciones a algún lugar diferente…, con tener un buen empleo…, con tener un estilo propio de vestir… porque si las mujeres no sueñan con eso, ¿por qué tienen tanto éxito las revistas de moda y los programas de ese mismo estilo? ¿Por qué la moda nos sigue imponiendo el como vestir, calzar, peinarnos cada nueva temporada..?
Ya, alguien pensara » yo no sigo la moda, no compro revistas de prensa amarilla, no me importa saber quien es la más glamurosa…» Pero todas, nos compramos maquillaje, vamos a la peluquería y cambiamos nuestro corte de pelo, cambiamos el estilo de los pantalones vaqueros que nos compramos…»
Esas cosas, en el fondo, son nuestro sueño de estar bien con nosotras, de que una buena imagen nos garantice el éxito en una entrevista de trabajo, de parecer más jóvenes de lo que somos, de tener éxito social…
Porque en la sociedad en la que vivimos la imagen tiene una importancia enorme, paso a la historia aquel refrán de «el buen paño en el arca se vendé», hoy en día puedes tener dos licenciaturas, tres masters, saber cinco idiomas…, sin una buena campaña de marketing, sin una buena imagen, no eres nada ¿y que es el marketing? Una fábrica de hacer sueños, de hacernos creer que eso que nos ofrece…, publicita…, presenta… es Imprescindible, que no podemos vivir sin ello, que hay que tener…., que hay que parecer…
Soñar, siempre soñar, siempre desear algo mejor para nosotros, para los nuestros, para el futuro.
Es magnífico soñar, no debemos dejar de hacerlo, nos impulsa hacia…, pero no podemos olvidar que el ahora esta aquí y hay que tener los pies en el suelo porque lo que hacemos hoy nos prepara el mañana.