Me aviso mi amiga. ¡Mañana pasan! y ahí estaban,a primera hora de la mañana. La ciudad ha invadido el paso de cabañera, esa vía pecuaria, como origen se remonta a la Edad Media y que le obliga a tener servidumbre de paso para los ganados.
Es una estampa digna de verse, los pastores y los perros, las ovejas y los carneros…, todos en orden, a buen ritmo, marcado por los pastores con sus largas varas y los perros que no permiten deshacer la formación…, los rebaños retoman la vuelta a los pastos de la montaña. Se acerca el verano y en los valles hace mucho calor…, los pastos se secan…
He disfrutado de la vista y os la ofrezco. Después, la civilización urbana pasa sus sistemas de limpieza, porque una cosa es el respeto a las tradiciones y otra dejar los restos orgánicos de tan ilustres viajeros en medio de la ciudad.
He disfrutado muchísimo con estas imágenes. Cuando yo me vine a vivir a la zona en la que habito, había más campo que casas y todos los días pasaba un pastor -o varios- con su rebaño mañana y tarde. Esa vía pecuaria aún sigue siéndolo, pero es tal el cambio que ha sufrido esta zona, que ya no hay pastor que se atreva a competir con los que conducen los rebaños de coches.
Gracias y que pases un buen día.
Lo bueno de las imágenes es que los rebaños pasan por la ciudad, la policía local les abre paso, los coches paran y las personas paramos para verlos…, es increíble, nuestros niños saben lo que son ovejas de verdad…, saludos.
Me encantan estos rebaños que paralizan el tráfico, porque nos apoderamos de sus caminos, las cañadas reales. Aquí cerca de donde yo vivo, hay un gran rebaño y me gusta verlas pasar con el pastor y los perros, que saben organizarlas como nadie. Van como lo que son, ovejas, una detrás de la otra y sí, siempre dejan huellas… Excelente entrada. Felicitaciones.
Gracias Julie. Un abrazo.
Me llamaron mucho la atención las imágenes, gracia por compartir 🙂
Te aseguro que no es un montaje, es real. Saludos.