Eso aprendíamos en nuestros años de bachillerato…,¡qué lejos están!, las formas del pronombre personal de primera persona. Hay personas que no lo estudiaron pero ¡vaya que si lo ponen en práctica!
Se podría definir como el egoismo puro: » yo, yo, yo, para mi, me, me, me…», es decir, todo aquello en lo que YO no sea el centro, el interesado, lo programado por mi y para mi persona…, eso, NO existe, no tienen lugar en la vida.
No exagero, si nos paramos a observar, vemos personas (de ambos sexos) que necesitan ser el centro en todo y por todo…, que necesitan que los demás les reconozcan como seres especiales, superiores, indiscutibles…, si no es así, les retiran la palabra…¿quién no conoce a alguno?
Me recuerdan aquella coplilla de: » en el bautizo el crio, en la boda la novia y en el entierro la viuda».
Quizás terminen quedándose solos.
Bonito dibujo, amiga! En cuanto al texto, ya lo creo que conozco gente así…Y la mayoría ni han estudiado bachillerato… Muy buena reflexión. Un beso y mi cariño siempre.
Gracias Julie. Es cierto, las personas son como son, pero si fueran menos egocéntricas, quizás sería mejor para todos. Un abrazo.
Hay demasiadas personas así por desgracia, parece que viven encerrados en sus ombligos y no pueden ver más allá de sus paredes.
Muy buena entrada.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Gracias. Un abrazo.
Aprenderemos alguna vez a unificar el «yo, tú, él» en un «nosotros», conjunto de iguales? Un beso (mejor dos).
Buena lección, amigo. Un abrazo
Un abrazo!
Sí las hay, por todas partes…y nunca escuchan, solo «se oyen a si mismos». No valen la pena. Besicos y buen domingo!!!!
Buena semana, un abrazo
Si, Maria, todos nos hemos tropezado con personas que solo son felices «mirándose el ombligo» Una pena porque, como dices, acaban solos.
Un besazo.
En el fondo, casi es una suerte porque así los «perdemos de vista». Un abrazo
Es asi’, parece una regla gramatical…y no es nada mas que egocentrismo!
Si señora, muy bien explicado.😊😊😊
Hoy en día son moneda corriente y se están multiplicando con rapidez; sobre todo de la mano de esa nueva tendencia que dice que «todo es opinión» o que «todos tenemos el mismo derecho a hablar». Ahora cualquier tonto se cree al mismo nivel que un doctor o que un entendido en la materia que fuere.
Un abrazo.
Tienes razón, malos tiempos para la discreción. Saludos