Ya pasaron las fiestas navideñas, ya acabaron las campañas de Reyes y la época de regalos. Ya hemos descansado de anuncios con hombres y mujeres de cuerpos impresionantes que nos sugieren que «con esa fragancia seremos casi como ellos, que viviremos en lugares paradisíacos o que conseguiremos el amor de nuestra vida».
Pero la realidad es que, a pesar de las campañas de marketing y sus anuncios prometedores, seguimos siendo personas normales, con rutinas poco atractivas, que se levantan y deben llevar los niños al colegio, hacer la compra o poner la lavadora.
Ademas, debemos pagar los recibos, llamar al dentista para la revisión semestral o llevar el coche al taller, vamos un calendario con muy poco glamour.
¡Qué vida más cruel!
Bien, pues mientras no nos toque la lotería, pero con muchos millones, continuaremos así, con nuestro día a día que, (para qué engañarnos no está tan mal), quizás un poco aburrida o vulgar, pero ¡es la nuestra! y nos olvidaremos de esos anuncios de cuerpos estupendos. Claro que, tranquilos, el 19 de marzo está cerca y S. José (día del Padre en España) nos volverá a traer «aromas publicitarios».
Hacia falta volver a la «rutina» y efectivmente que nos dejaran de tanto anuncio agotadorrrr. Muy buen año para ti, amiga. Un fuerte abrazo
Lo mismo amiguica.
En la medida de lo posible, toda publicidad debe ser evitada ¿cómo? Pues vendo poca (o ninguna TV), leyendo libros en lugar de revistas y, sobre todo, creando antes que consumiendo. ¡La vida no es cruel, es maravillosa!
Abrazos.
Totalmente de acuerdo, vale la pena vivirla. Un abrazo.
Los aromas publicitarios están más cercanos todavía: el 14 de febrero… todo amor y regalos, cuanto más caros más amor?
Así que feliz rutina y procuremos adornarla cada día con imaginación.
Dicen que el amor es una auto-atracción, cuanto más auto, más atracción. 😉😉