Que vivimos en una sociedad donde prima la imagen es algo obvio y no me parece mal que las personas pretendan mejorar su aspecto pero estamos cayendo en algo tan absurdo como pretender forzar la genética y que los cuerpos sean todo, menos naturales.
Recuerdo una canción de Emilio Aragón que decía «cuidado con Paloma que me han dicho que es de goma». Era una canción de 1990 y que ponía en entredicho con mucho humor, las diferentes operaciones estéticas y prótesis que la protagonista se hacía.
Si se sorprendía de las operaciones y cambio físicos de las personas hace 27 años, ¿qué opinaría ahora? El otro día escuché un comentario: «todas terminan pareciéndose a X…, todos están casados con la misma mujer».
Estamos dejando de ser únicas y originales y nos estamos volviendo clónicos.
La verdad es que hace mucho que somos demasiado parecidos entre nosotros. ¡Por fuera… y por dentro!
Yo recuerdo un cuento de Heinrich Boll, escrito posiblemente en la década de 1970, que trataba precisamente este tema, de forma magistral, en forma de relato casi surrealista, pero en realidad completamente real. Si logro rescatar el título, lo incluiré aquí.
Gracias, siempre será interesante.
La dicotomía entre la imagen y la personalidad, entre lo exterior y lo interior siempre ha existido; pero nunca la diferencia ha sido tan marcada como ahora. Y lo peor es que la balanza se vuelca cada día más a lo trivial, a lo superfluo de todo este asunto.
Abrazo.
El poder recurrir a «ponernos bonitas» nos hace olvidar que «ser bonitas por dentro» es muchísimo mejor. Un abrazo.
Es admirable la cirugía estética para los que no son capaces de aceptarse a sí mismos. Abrazo, besos y rosas querida amiga.
Tienes razón la «no-aceptación d uno mismo» es algo que realmente les impide ser felices y es un «acto de humildad». Gracias por las rosas, los abrazos y …todo lo demás, tu compañía siempre es muy grata.