Es la expresión que siempre escuché en mi familia y en los círculos de mis amistades a aquellas personas que «miran por encima del hombro», hay otras expresiones, pero quizás sean menos gráficas.
El caso es que vi una tienda nueva de ropa y complementos y me llamaron la atención unas botitas que había en el escaparate. Entré y me encontré con ¿la dueña, la empleada….? el caso es que me «dio un repaso visual» de todo lo que llevaba: blusa de gasa estampada, pantalón suelto de verano, sandalias y bolso de piel… ¿le parecería digna de entrar en su tienda?
Tras saludarla le pregunté por las botas del escaparate: «no son botas, son botines», acepté la interpretación del calzado. ¿Son de ante? : «no, son de piel vuelta» y por último le pregunté si las tenía de piel: «No».
Me sentí fuera de lugar, primero por la inspección visual a la que me sometió y después por su sequedad en las respuestas. Así que salí de la tienda… ¿venderá mucho?
Me has hecho recordar un caso similar, era una cazadora, que me pasó e hice lo mismo que tu. Solo tuve que sentarme a ver pasar su «cadáver» (metafóricamente hablando, por supuesto) por delante de mi casa 😉
Tienes razón, hay que dar tiempo al tiempo. Saludos Chus
Saludos.
Jajajaja, no creo que pueda vender mucho, tal vez a las de su clase social… Pero a mi me encantó el dibujo además del «perdonavidas», no había escuchado antes esta expresión. Gracias amiga. Besos.
¿su clase social? la clase es algo de dentro y creo que ella…., vamos, de perdonavidas hay muchos por ahí. Un abrazo.
La verdad: ¡espero que no!
En cualquier caso, precisamente estoy escribiendo un artículo sobre alguien que ha montado un negocio/proyecto, que es, exactamente, lo contrario de lo que describes. Si quieres, cuando lo publique, te lo hago llegar.
Me parece muy interesante, gracias Carlos.