A veces, cuando no tenemos demasiada seguridad de estar haciendo lo correcto siempre nos queda esa sensación de «mala conciencia», de que quizás no estamos obrando bien del todo o que alguien nos lo pueda recriminar.
Cruzar cuando los peatones tenemos el semáforo rojo, pasar sin respetar el turno o pedir en la barra del bar cuando hay más gente pendiente de pedir no son tan malas acciones como para ponernos «un palote gordo» pero son faltas de respeto a los demás.
Mi amiga no quería ver a una persona, así que buscó algo en el bolso con tanta a atención que se hizo la despistada, luego tenía mala conciencia, «la pobre – decía – pero es tan pesada, empieza a hablar y no para…».
Reflexionemos un poco ¿estamos seguros de que no siempre somos pesados para otros?
Son pequeños detalles de cada día, amiga. Muy de acuerdo contigo. Y añado algo importante, preciosa tu obra de arte.
Gracias amiga. Un fuerte abrazo