En los viajes se acumulan anécdotas que te enriquecen o te abren los ojos. Mi amiga viajaba con un matrimonio amigo, no se si la habían inducido para no sentirse solos o para que ella conociera ese país.
El caso es que la moneda del país no son los euros y su valor al cambio es la cuarta parte. Es decir, 1 € = 4,2 zlotis. Transcurrió el viaje sin detalles significativos y en armonía entre todos.
El último día cuando ya habíamos pasado los controles en el aeropuerto, mi amiga decidió tomar un café pero le faltaban 4 zlotis (el valor no llegaba a Un euro). Aunque el marido de mi amiga estaba a su lado, no le ofreció las monedas y tuvo que cambiar 50 euros (que le devolvieron en zlotis) para pagarse el café.
No fue un despiste porque lo más grave es que a la persona siguiente, el marido le preguntó que si necesitaba alguna moneda porque él tenía zlotis…
¿Amigos? Con amigos así, ¿quién necesita enemigos?
Pues igual si que fue un despiste,estoy pensando en mi que soy muy despistado 🙂
Bueno…, la duda filosófica…., un saludo
Así es, hay amigos que «tan pronto te cogen en brazos como te tiran de porrazos», es lo que hay. Pero yo, en este caso, prefiero viajar sola. Un beso fuerte.
Bueno, como se dice en el refranero » para aprender, perder», a mi amiga no le hizo gracias, claro pero ya está. Un gran abrazo.