El lápiz corto.

Siempre me gustó la frase de «que vale más un lápiz corto que una memoria larga». Es cierto, cuando escribes algo en tu agenda o en tu dietario, es más difícil que se te olvide.

Claro que siempre habrá quien diga que «tengo buena memoria, eso no me pasa a mi», pero cuando las citas se demoran en un plazo amplio de tiempo o cuando no son demasiado habituales, es más fácil que se nos olviden.

No, no es que tengamos problemas de memoria sino que es bueno poder utilizar otros medios auxiliares para evitar que los recursos cerebrales se saturen. Es más inteligente usar los recursos que tenemos a nuestro alcance que dejar que la memoria se encargue de todo el trabajo.