Cascabeles

Estaba hablando con una persona. No tiene pareja y parece ser que algunos amigos «quieren emparejarla a toda costa». Tiene las cosas claras, ella no quiere una pareja por obligación, ella necesita «oír cascabeles» para estar segura de que esa es la elección adecuada.

Tras hablar con ella me quede pensando ¿todos buscamos ese sonido de cascabeles para vivir una relación o nos conformamos con menos? La imagen me parece muy adecuada porque resume la alegría de encontrarnos con alguien significativo para nosotros…, la ilusión por estar con esa persona…, el no sentir el paso del tiempo a su lado…, el buscar cosas en común…, todo eso y más es «oír cascabeles».

El sonido del cascabel es alegre pero no es estridente, es dulce pero no es empalagoso, acompaña los movimientos de aquel que lo hace sonar pero no acalla su voz ni su mensaje.

Esta persona no esta sola o aislada, no es egoísta de su tiempo sino que lo comparte con otros, no ha sufrido desengaños emocionales y por eso es más exigente o «esta de vuelta». Simplemente, tiene las cosas claras y no quiere hacer daño a nadie ni que se lo hagan a ella.

Como dijo el poeta: «amar no es mirarse el uno al otro sino mirar los dos en la misma dirección».

Bien, por ella, quizás si todos nos planteáramos las relaciones de ese modo, habría menos disgustos o fracasos emocionales que tantas heridas dejan, tanto retraimiento o tantas ganas «de revancha» para que otros sufran…, porque también hay de este tipo de personas, las que quieren venganza a toda costa porque ellas, en un momento dado, eligieron mal y salieron dañadas.