En julio y agosto, la mayoría de ciudades y pueblos de España celebran sus fiestas patronales y tiene su razón de ser.
Cuando la vida de las personas estaba mas ligada a la agricultura a las cosechas y a las estaciones climatológicas, el estío era la época en la que se acababa el trabajo de la recogida del cereal (una de las mayores fuentes de alimento y riqueza de los pueblos) había dinero para gastar y alegría, así que se daba gracias por la cosecha al Patrón o Virgen de la zona.
Pese a que nuestra vida se ha desvinculado bastante del sector primario (como dicen los economistas) las tradiciones se mantienen y es muy bonito acudir y participar en las fiestas populares que en muchas ciudades y pueblos de España hay en estas fechas. Porque «ir de turistas a verlas» esta bien, pero participar en ellas, es lo mejor.
En Huesca, todo el mundo va vestido de blanco y verde, TODOS, no importa la edad. Yo me he llegado a a sentir extraña por estar en la ciudad en fiestas, no saberlo, e ir vestida de otro color. Claro que sólo me paso una vez, me cambie rápidamente.
Pero lo que más me llamo la atención fue ver a una familia de raza negra. El padre y los tres hijos pequeños (incluido el bebe del carrito) vestidos en impecable blanco con los fajines y pañoletas verdes (incluidas las zapatillas) y la madre, con un vestido y tocado nuevos, de esos colores que sólo ellas saben llevar. ¡¡¡ eso se llama integración !!!
Porque las fiestas son populares si toda la ciudad puede disfrutarlas, si toda la gente puede participar en Peñas, bailes populares, actividades en la calle, si los conciertos son variados, en una palabra: si se pueden celebrar «en la calle». ¿No las conoces? Te invito a que partícipes en ellas y son para S. Lorenzo, el 10 de agosto.