Educar es muy difícil. Creo que en eso estamos todos de acuerdo y cuando somos padres nos preparamos para el primer año de vida porque nos han dicho que esa época es muy importante. Para mas tarde, no sabemos mucho, pensamos que no sera tan dificil y luego empiezan los problemas. Porque educar es como un camino entre malezas, no lo ves claro.
Los niños no vienen con un «libro de instrucciones», nuestro niño «siempre es especial, más listo, más guapo…», de hecho, lo motivamos cuando va haciendo bien sus tareas: Vestirse, lavarse, comer sin marcharse, ayudar en casa en tareas fáciles, etc.
Cuando ese niño tiene ya 4 años, empieza a tener ideas propias, empieza a reafirmarse y ahí empiezan los problemas para los padres. Resulta que el niño no tiene un botón «on-off » y que tiene voluntad propia, voluntad que nosotros hemos potenciando con nuestras motivaciones (muy bien, así se hace, etc.). Pero como ese niño no va al ritmo que nosotros queremos, entonces, empiezan «los castigos». ¡Que hagas esto, YA! ¡Que vengas aquí!, etc. Sin darnos cuenta de que el ritmo y tiempo del niño es diferente.
Todos los padres, aunque se consideren muy modernos, repiten los esquemas que ellos recibieron en su educación y cuando el cansancio, las prisas, el mal humor, etc. hacen su aparición, ese niño recibe el castigo, grito o sanción que no suele estar en correlación con la gravedad de la falta sino con el mal humor de su progenitor.
Eso es lo facil, lo dificil es sentarse y hablar con ese niño, con mucha calma y explicarle que eso, no esta bien por esto, por esto y por esto. (porque lo digo yo, NO vale) y sobre todo, hay que ser coherente, no se puede premiar/castigar unas veces si y otras, no.
No estoy exagerando, miremos a nuestro alrededor.
Por otro lado, no faltan los padres que sancionan porque el niño no recoge sus cosas pero ellos tampoco recogen las suyas, es la mama la que recoge (donde esta el ejemplo, los niños son espejo de lo que ven) o sancionan con la frase: » te quedas sin…» pero luego ellos no están para llevar a cabo su seguimiento y es la mama la que tiene que hacer que se cumpla, con lo que se convierte, a los ojos del niño «en la mala» y su papa es «el bueno».
¿motivar, castigar? Siempre se ha dicho que «se consigue más con miel que con hiel» y cuando educamos pasa exactamente igual. Ya se que es difícil, que cuesta trabajo, que nos podemos confundir con toda nuestra buena voluntad, pero sólo voy añadir una cosa más.
Cuando hemos dejado atrás la adolescencia y somos mayores…, cuando recordamos como nos educaron nuestros padres… ¿Qué pensamos de ellos, nos parecían justos, represivos, cercanos…? Si repetimos sus esquemas negativos ¿que opinaran nuestros hijos de nosotros cuando sean mayores?
Es un tema muy complicado, y prefiero no meterme, porque entonces no acabaré nunca. Hablando de este tema puedo pasarme horas y horas…en resumen diría, que cada uno debe educar a sus hijos, como crea que es mejor.
Saludos!!!
De acuerdo, pero los consejos de los expertos (para algo lo son) creo que es bueno escucharlos, sopesarlos y decidir si llevarlos a cabo o no.
Lo que esta claro es que no podemos exigir a nuestros hijos aquello que nosotros no hacemos (recoger la ropa, los juguetes), que no podemos marcar unas pautas de disciplina si no estamos dispuestos a observar su seguimiento (TU que eres el que las impone, no que lo hagan terceros), que los niños/hijos nos va a imitar,(modo de comer, como hablamos de otras personas, hábitos de limpieza…)
Vamos, que eso de educar es muy complicado pero poniéndole interés, tiempo y dedicación, puede «hasta salirnos bien».
Saludos.