Hablaba con una amiga. Me decía muy contenta que había empleado el día en hablar por teléfono con gente a la que quiere…, se le veía feliz…., sus ojos brillaban.
«Es que a veces, vamos con tanta prisa a todas partes que nos perdemos lo mejor, el usar nuestro tiempo en hablar con calma a esas personas que están lejos geográficamente pero muy cerquita de nuestro corazón…, y contarnos cosas sin importancia, pero que son esas cosas pequeñas que le dan color y calor a la vida…»
Me parece muy acertada su postura, y más, cuando se que no se dedica a «chismorrear» sobre otros.
Cuando acabo nuestra conversación hizo que me preguntarme ¿cuando fue la última vez que me dedique a hablar con mis personas queridas? Tal vez yo también caigo en esa frase tan manida: » es que estoy muy ocupada».
Es que si damos tiempo, ese bien tan escaso, nos entregamos. Y, mágicamente se nos retribuye. Es un claro ejemplo en que se recibe mucho más de lo entregado.
Me encantó el dibujo (alegórico, por cierto) y no sé por qué lo imaginé plasmado en escultura o pieza de cerámica.
Un gran abrazo desde aquí que deseo llegue multiplicado.
Gracias. Tienes razón, lo que damos lo recibimos multiplicado, en cuanto al dibujo, si, es una escultura de arte africano que tengo en casa. Me gusto como cambiaba según le daba la luz…, ya sabes manías….un abrazo.
Una hermosa manía que sabes compartir. Un beso.
:))
Ciertamente su actitud nos hace reflexionar exactamente igual que a ti. Un abrazo y gracias
A ti, :))
El tiempo mejor empleado es el que dedicamos a los afectos, vale la pena recordarlo porque lo cotidiano nos devora. Gracias por el post.
Un cariño desde Argentina.
Mucho cariño para mi niña argentina. :))
Buenos días y feliz domingo.
Es cierto que muchas veces decimos no tengo tiempo y otras también ¿y por qué no me llama ella? siempre soy yo la que se acuerda!
Un beso niña.
Otro para ti, tesoro.
Y cuanto más tiempo pasa, peor. Más nos cuesta llamar y saber qué decir después del pasar de los días, semanas o meses completos…
…Y es tan fácil llamar descolgando el teléfono, aunque tan solo sea para decir: «hola, qué tal… cómo va eso…»
Pensarlo ya es un paso, tan solo nos queda marcar el número y, al descolgar, mandar un sentido beso, aunque solo sea por el aire, aunque sea solo desde lejos…
Un abrazo… y un beso…
¿oye, qué tal va eso…?
Si…, 🙂
Hola amiga, a mí me gusta hablar con mi madre, mínimo una vez a la semana y podemos pasarnos media hora o más, hablando de chorradas. Tal vez, sea la distancia lo que hace que busquemos tiempo para hablar, igual viviendo más cerca lo dejaríamos para más tarde, no lo sé.
Bonitos dibujos!!! Un abrazo amiga!!!
Gracias Su, eres especial.