He visitado a unos conocidos que viven con una hija soltera que les cuida. Son muy mayores, superan los 80 años cada uno pero los veo autosuficientes y seguros, cuando salen de la habitación y nos dejan charlando, lo comento con mi amiga y me explica:
«Es cuestión de crear rutinas diarias, como cuando en las clases de Infantil empezábamos por decir, el día del mes, de la semana, etc. , eso hago con ellos, fijamos el calendario y cada día tiene diferentes rutinas de actividades, de forma que potencien su memoria y su ubicación. Hacen cosas importantes, además de su aseo personal, preparan algún postre o regalo para alguna persona cercana, cuidan las plantas y compran los abonos o repuestos necesarios, leen en voz alta y comentamos lo que han leído, acuden a un Centro de mantenimiento fisico, salen de paseo y se reúnen con amigos, etc.».
Pienso en el cariño que ese trabajo demuestra y como se preocupa de que sus padres no presenten esos alarmantes síntomas de «vacío o de desorientación», precursor, muchas veces, de alteraciones mentales importantes…
Esta claro que la gestión del tiempo de forma creativa proporciona seguridad y mantiene el autocontrol personal en todas las edades, también en la vejez.
Es muy importante estar activo, crear obligaciones, hacer cosas… Y no dudo que esto les mantiene jóvenes a pesar de su edad. Hermoso dibujo! Un abrazo.
Estamos de acuerdo. Gracias por el piropo del dibujo. Un abrazo.
Me gusta mucho esta entrada que has hecho, texto y dibujo. Enhorabuena.
Un abrazo.
Gracias Isabel, un abrazo.
Preciosa entrada, todos nos haremos mayores si llegamos claro.
El dibujo precioso.
Un beso guapa
Creo que lo mejor es saber disfrutar de cada momento. ¿no te parece?. Un abrazo.
Quienes tenemos un padre en esas circunstancias (mi madre, en mi caso, quien sufre de Alzheimer desde hace unos tres años) sabemos lo difícil que es poder manejarlos a nuestros mayores y hacerlos sentirse útiles y válidos. Es una excelente manera de llevarlos adelante la que ha encontrado tu amiga, no siempre ellos quieren hacer esas cosas, a veces se niegan a hacerlo precisamente como una forma de negación de la enfermedad misma, la cual es muy cruel y desgastante, no solo para quien la sufre de manera directa, sino para el entorno familiar todo.
Un abrazo.
Tienes razón, esa enfermedad, la «alemana» es muy dura para el entorno. Ánimo y un abrazo.
Gracias. Un abrazo.
Pesa la vida en esos ojos, Pincel…
Exacto, pesa la vida.