Bueno, es de esperar, a las mujeres nos gusta arreglarnos, ponernos bonitas, para nosotras y para las demás….
Tengo otras prioridades de momento, pero ¿cuando me podré poner tacones?
Ya, ya lo sé, poco a poco que no hay que correr….¡si todavía llevo un bastón!… pero las ilusiones y los proyectos siempre están ahí y nos «agarramos» a ellos para seguir adelante.
Pasito a pasito con zapato plano… ya irán creciendo los tacones. Abrazos.
Pura verdad!
Hola amiga, qué bien que ya estás sintiendo ese gusanillo de arreglarte, ponerte zapatos, salir corriendo… Todo llega, y con paciencia mucho antes de lo que esperas. De momento el bastón ese es tu mejor zapato para aprender a caminar de nuevo. Te mando mi abrazo y mi deseo de pronta recuperación.
Si, mi amiga, el bastón es un compañero amable y seguro. No tengo prisa, no creas simplemente pienso…, las cosas que voy empezando a hacer…, los tratamientos que me indican que todavía queda mucho…, los paseos por la ciudad…, eso sí, no pierdo ni el humos ni el optimismo. Gracias por estar ahí.