Estoy viendo en la televisión, un programa-concurso donde los participantes van acertando respuestas y van sumando dinero. Si fallan en alguna ronda son eliminados.
Me gusta que no hay abucheos si se falla en las respuestas, quizás alguna risita tonta, pese a que los participantes pertenecen a algún colectivo común. (Lugar de trabajo, localidad, etc.)
Pero me sorprende lo que ignoramos sobre el día a día. Sin dármelas de erudita pero pregentas como:» ¿Cuantas manos tiene un caballo?, ¿o dónde nació el cantante de moda XX? ¿Qué respondemos en Italia al descolgar el teléfono? ¿Qué colores tiene la bandera de G. Bretaña? o ¿de qué quería hablar F. Umbral? (frase que se hizo célebre porque la repitió varias veces, «yo he venido a hablar de mi libro)»
Me sorprende y me preocupa porque son preguntas de «cultura general» de esas que se conocen por lógica, por actualidad, porque las escuchas en la televisión…
¿En qué emplean nuestros compatriotas su tiempo de ocio?
Ugual que aqui, créeme ! Todos «corremos» demasiado por darnos cuenta de lo que pasa a dos metros de distancia…..
Ciao, guapa
Un abrazo.
Creo que «el tiempo de ocio», el que antaño se usaba para distenderse con alguna actividad lúdica (era habitual que cada cual tuviese su «hobby»), hoy se desperdicia en la tontería vacía de las redes sociales. En eso sitios todo es pasajero y volátil, de allí que la famosa frase de Francisco Umbral, la cual pudo haber sido parte de alguna broma en internet, tampoco quede grabada en la mente de quien la lee, ya que en las redes sociales todo tiene una vida promedio de segundos. Es sólo una opinión.
Un abrazo.
Hola. A Francisco Umbral lo habían invitado a una entrevista con varios tertulianos. La persona que la conducía estaba permitiendo que divagaran sobre unos temas y otros. F. Umbral se «asombró» e insistía «yo he venido a hablar de mi libro» cuando el entrevistador le preguntaba sobre al go que no estaba relacionado con «su
Libro». Resulto curioso la insistencia del literato. (hace ya muchos años de esta anécdota)