La primera vez que recorrí Italia lo hice en coche. Me llamó la atención que la auto-estrada del sol tuviera nombres que hacían referencia a los orígenes romanos. Vía Aurelia era uno de los mas recurrentes.
Siempre encontré el sentido lúdico a las cosas o como se dice también, «le saco punta a todo», así que me compré dos figuras. Eras dos indios, así que al niño le llamé Aurelio Poncho y a la niña Plumita Aurelia. Así tendría el recuerdo de mi primer viaje y del origen romano de las diferentes vías y calles por las que circulaba.
Ha pasado un tiempo desde que Aurelio Poncho y Plumita Aurelia estaban en casa y mi amigo me los pidió. Me pareció divertido que estuvieran en su casa como recuerdo de aquel viaje.
Les hizo un dibujo para que según el «volvieran a casa» y ahí está el recuerdo de aquel viaje, doblemente recordado.
Cuando tuve la oportunidad de visitar Perú, encontré en algunas de sus ciudades (en especial en Trujillo, hacia el norte) que en las esquinas, al lado de los nuevos nombres de las calles, permanecían los antiguos nombres coloniales. Así, uno podía caminar por la «Calle del Correo» o la «Calle del Cuartel», etc. Lo más encantador del caso es que el correo seguía en el mismo sitio que antaño, así que me acostumbré a usar esos nombres en lugar de los nuevos. Caminar por la «Calle del Correo», doblar en la «Calle del Convento» y volver por la «Avenida de la Plaza de Armas» era uno de mis paseos preferidos.
Un abrazo.
Tienes razón. El recordar la historia y mantenerla es importante.
Claro que sí, y más cuando ocurre de ese modo casual y elegante. Cosas como esas son las que me hacen el día (soy un hombre de gustos sencillos).
Abrazo.
¡¡Me encanta el dibujito!!
No soy la autora, pero le pedí permiso para ponerlo…