Estoy viendo una película (padres que se separar, hija adolescente que elige al padre porque es más divertido o porque la madre y la hija no se hablan, etc.
Ante esta situación, la madre se plantea un tipo de vida diferente, cambia de ciudad y se decide a reflotar el restaurante de un viejo amigo. El nuevo estilo de vida, su actividad y la novedad despiertan en la adolescente el interés…, vuelve a comunicarse con ella y descubre que «no es aburrida», que es interesante.
«Antes tenías tantas cosas que hacer, tantas tareas, que no había tiempo para divertirnos, para hablar, siempre consideraba que me obligabas a hacer cosas para ti…»
¡Cuantas veces, las madres que llevan una doble vida de trabajadoras por cuenta ajena, amas de casa, de especialistas en cubrir necesidades familiares o la logística o la economía resultan «aburridas» a sus hijas adolescentes!.
En su miopía infantil no tienen en cuenta que gracias a ellas, la ropa está limpia, el simple bocadillo del almuerzo está preparado, que están ahí para recogerlas en sus actividades extra-escolares, les ayudan en los deberes y todavía les quedan cinco minutos para darles cariño y un beso de «buenas noches»
Vi esa película el sábado y pensé lo mismo que tú expresas… Y qué hermoso dibujo!!! Me encanta. Besos.
Gracias amiga. Besos.
Gracias amiga. Un besazo.
Completamente cierto, amiga, como también lo es que muchas veces nos dejamos llevar por la voragine de obligaciones diarias, y nos olvidamos de que los hijos también necesitan vernos reír y compartir con ellos momentos de diversión e incluso de no hacer nada. Un besazo.
Es duro que los niños piensen que «somos aburridas»…, besos.