Me gustan las calaberitas de Julie Sopetrán y las admiro por su imaginación, su humor desenfadado y solamente puedo aplaudirlas. Reconozco que tienen «su miga» .
Ese sentido del humor sobre la muerte y que nos tomamos tan en serio cuando todos deberemos pasar por ella…y todo lo que la rodea, las flores, las visitas, las comidas, los duelos, los lutos, las penas, los intereses no siempre sinceros…,
Así que pensé en las brujas o las curanderas siempre mal vistas que sabían de hierbas, pócimas y ungüentos…, y las pitonisas…, y las meigas…y busqué una imagen nocturna por aquello de lo desconocido, de lo oculto…
La luna cubierta por nubes…, también algún sonido de un búho buscando acomodo entre la espesura…, todas esas cosas que nos hagan redescubrir que estos hombres del S. XXI no somos tan insensibles a todo eso y seguimos teniendo miedo a lo desconocido.
Gracias amiga, me alegra saber que te gustan esas calacas donde trato de imitar el humor mexicano, no sé si te he mandado la última… Lo haré. Me encanta esa foto tenebrosa que pusiste de la noche de brujas. De una u otra forma todo es lo mismo… Un beso fuerte.
Me alegro que te guste la fotografía y ya sabes que tengo un gran respeto y alegría por tus escritos. Un besado.
Gracias mi amiga. A mi también me gusta mucho tu trabajo.
Gracias.
Comparto tus reflexiones sobre la muerte y también comparto tu gusto por las calacas de Julie ¡¡son geniales!!. Un fuerte abrazo.
Creo que tenemos la suerte de conocer a alguien inteligente y tenerla como amaga. Un abrazo.
Pues a mí también me gustan mucho, tan así es que para mañana ya tengo una entrada programada con una de ellas en mi blog. Julie tiene una enorme capacidad para manejarse con diversos tonos; y éste, el de las calaveritas, lo maneja muy bien.
Un abrazo.
Bienvenido a la cita de las brujas…