Realmente las viviendas son para proteger a las personas de la intemperie, del frío o del calor, de la lluvia y de la intimidad que dentro de cada casa debe ser protegida por los miembros de la familia. Quizás sea la intimidad lo más importante para proteger en la vivienda.
Pero a veces, nos olvidamos de que «los trapos sucios se deben lavar en casa» y los malos modos, los portazos y los gritos traspasan esas paredes finas que en las viviendas de las ciudades son bastante comunes aunque hayamos pagado a precio de oro, porque realmente su calidad de aislamiento no corresponden con lo que prometen ni lo que esperamos.
A nadie se le escapan las casas antiguas donde los muros protegían de la intemperie, no hacía falto ni el aire acondicionado ni la calefacción, existía un micro-clima que caldeaba toda la vivienda y protegía, de oídos extraños, los problemas de sus habitantes…., pero nos hemos vuelto muy modernos y hemos olvidado que hay que aprender de las viejas casonas.
Así es, hoy los muros son de papel y todo se oye… Lo moderno es lo moderno. Pero las casas del dibujo parecen ¿medievales? Me encantan. Besos y feliz día.
Gracias amiga, son de un pequeño pueblo de la provincia de Huesca y te aseguro que no se oyen demasiadas cosas tras sus muros…. Un abrazo