La bella ciudad de Wroclaw, la de los cien puentes, también llamada la Venecia polaca, tiene unos habitantes de pequeño tamaño, los enanos, con una leyenda en la que el diablillo Odra no paraba de molestar a los vecinos aunque lógicamente, acabaron venciendo ellos a pesar de sus travesuras.
En la Baja Silesia surgió el Papá-Enano que apareció en el mundo con anterioridad al hombre y convivió con los humanos en paz y armonía.
En el año 1981 surgió la «Alternativa naranja» contra el gobierno comunista, un movimiento happening, que pintaba imágenes de enanos sobre manchas y los eslóganes militares y paseaba por la ciudad, era una forma de reivindicación y protesta.
El ingenio para decir cosas que pueden molestar a los dirigentes sin que por ello los autores se puedan ver en problemas, siempre está dispuesto. Así fueron apareciendo personajes (los bomberos tras tres incendios en la misma Iglesia) o junto a la Universidad con un catedrático estudiando.
Un día de 2001, el gobierno decidió poner a Papá-Enano como símbolo de la ciudad. Llevaba un sombrero naranja y una flor en la mano, era una forma de reconocer la leyenda y la historia de la ciudad.
Hoy es un reclamo turístico con rutas para encontrar a los enanos que pueden estar en los sitios más insospechados, junto al río lavando su colada, junto a un buzón de correos, etc.
Qué curioso! Y qué buena idea. Porque aunque no los vemos, pero enanos… hay por todas partes. Hay que empezar a buscarlos. Un beso. Me encantó la historia.
Gracias Julie. Un abrazo.