Es un pájaro pequeño y su plumaje no es llamativo (marrón y gris, aunque los machos tienen una especie de ancha corbata negra a lo largo del pecho) pero está en todas las ciudades y no tiene problemas con su alimentación, se adapta a todos los ambientes.

Es un pájaro que no camina, se desplaza a pequeños saltos o volando y llena los parques y jardines de las ciudades con su canto sonoro y alegre creando un ambiente bullicioso.
Los celtas los consideraban «enviados de los dioses» y decían que traían buena suerte a los mortales. Siempre que el frío arrecia pienso en ellos porque aunque son unos supervivientes natos, ( su cuerpo llegan a los 30 gramos escasos) no dejan de tener problemas con las bajas temperaturas.
y esto dice el poeta Claudio Rodríguez de él (‘Gorrión’):
«No olvida. No se aleja
este granuja astuto
de nuestra vida. Siempre
de prestado, sin rumbo,
como cualquiera, aquí anda,
se lava aquí, tozudo,
entre nuestros zapatos.
¿Qué busca en nuestro oscuro
vivir ¿Qué amor encuentra
en nuestro pan tan duro?
Ya dio el aire a los muertos
este gorrión, que pudo
volar, pero aquí sigue,
aquí abajo, seguro,
metiendo en su pechuga
todo el polvo del mundo».
¡Perdona la intromisión!
Muy buena tu aportación a la entrada, muchas gracias, No tenemos nada que perdonar, enriquece nuestro blog. Espero poder seguir contando con tus comentarios. Saludos.
Me encantan los gorriones! Vivo rodeada de ellos. Hermoso texto, amiga. Y aún más hermoso el dibujo, precioso. Me lo quedo. Mi abrazo.
¡Viva los gorriones humildes, discretos y como dice Félix Molina en su aportación con las palabras de Claudio Rodríguez «granujas! y astutos». Yo añadiría «descarados» pero tan alegres y vivos…, Gracias por tu comentario. Un abrazo.