Todos los comportamientos nos reflejan y nos delatan, nada se escapa a una buena observación. Si hablamos a gritos, arrojamos papeles, colillas, o cualquier «cosa que nos sobra», siempre hay alguien que puede fijarse en ello.
Un recinto que da mucho juego para la observación son las piscinas, especialmente las comunitarias. Si hay niños que chapotean, salpican o juegan con pelotas o flotadores gigantes, nadie les llama la atención (Salvo que haya algún socorrista como autoridad)

Pero lo peor de todo es que no se respeta el espacio personal, te colocan la toalla pegada a la tuya, oyes sus conversaciones telefónicas o las demandas de «quiero merendar»…, «si solo son las 4 y acabas de comer…», «pero quiero merendaaar…,» así, a gritos, y la madre cede y le da la merienda que mordisquea y luego la tira para seguir salpicando o molestando a los bañistas.
Los hijos que no respetan el espacio personal son el reflejo de la mala educación de los padres…, y como diría el proverbio: «con esos bueyes tenemos que arar»
Me encantan los refranes y también la excelente reflexión que haces de la mala educación. Muy bueno y excelente dibujo. Besos.
Muchas gracias, amiga. Un abrazo.
Y, lamentablemente, todos sabemos que esto no está mejorando, ¿verdad?
Tienes toda la razon, es una pena. Saludos.