Siempre me ha gustado ser puntual, primero por respeto a mí mismo y después por respeto a los demás. no entiendo a esas personas que llegan tarde para «hacerse importantes» cuando únicamente demuestran ser unas maleducadas.

Siempre que trabajo y debo cumplir con tareas determinadas, me gusta llevar el reloj de pulsera, pero cuando estoy de vacaciones, el reloj es el primer objeto que dejo en la mesilla. Creo que es importante dejar que el tiempo fluya (no significa vagancia) para tomar conciencia de nuestro entorno, nuestra vida, quienes somos…
Dicen que «los occidentales tenemos el reloj y los orientales el tiempo», no se si esto está cambiando con las nuevas generaciones pero creo que estamos haciendo un flaco favor a las generaciones futuras con nuestras prisas.
Sin puntualidad no hay respeto. Comparto tu reflexión al cien por cien. Besos. Feliz semana.
Buena semana para ti tambié. Besos.