Entender las acciones de los demás no es justificarlas ni compartirlas.
A todos nos han llamado a la hora de la sobremesa, cuando estamos descansando, para ofrecernos diferentes artículos y/o servicios. Puedo entender que el trabajo de esas personas de «atención telefónica» a veces, resulte bastante ingrato pero ello no justifica que algunas veces, comiencen con una agresividad y un descaro en su intervención.
- «Buenas tardes, me puede decir en nombre del titular de la línea». (me sentí agredida en mi intimidad).
- «No, ¿quién quiere saberlo y para qué?»
- «Bueno, soy de XXX, y quiero saber de quién es la linea».
- «Dígame usted su nombre y su D.N.I. (le propuse yo)
- «¿Por qué quiere saberlo?»
- «Por lo mismo que usted»
- «No se lo voy a dar
- ¡¡ Entonces, buenas tardes !!
No creo que, con tan poca empatía y ese descaro pueda llegar a tener demasiado éxito en su trabajo, claro que nunca se sabe y quizás esa forma de dirigirse a los posibles clientes, le hagan ganar eficacia en sus contactos.