Ese objeto tan sencillo como puede ser una simple puerta de madera es el modo perfecto para separar lo particular y privado de lo público, la intimidad ese cuidado que se guarda detrás de la puerta para que nadie curiosee.
Sorprende que ahora, con todas esas redes sociales, lo privado se hace público, el espectáculo está servido…, y cuantos más seguidores tienes mucho mejor…, se cuenta si te bañas desnuda, si tomas una cerveza, el «modelito» que llevo o cualquier otra tontería. Hemos perdido la intimidad personal porque hay que ser «muy cool» y tener muchos seguidores.
Es muy triste pero es realmente la enfermedad de nuestro tiempo, servir de escaparate, considerar que eres «una influence» que todo el mundo quiere saber de ti…,
El refranero dice muy sabiamente: «el que vende su secreto, vende su libertad».
Sin comentarios.
Pues es muy cierto lo que dices, amiga. No me gustan las redes sociales y con la puerta cerrada me siento libro dentro de mi casa. Por otro lado, aprecio mucho la amistad. Por eso me encanta el blog. Y también tu dibujo…Preciosos colores! Muy bello.
Muchas gracias Julie, eres una fan muy entusiasta. Un abrazo.
Muy cierto. Deberíamos poner más puertas a nuestra intimidad y alimentar los verdaderos valores. Y me gusta mucho como te ha quedado la puerta!!
Muchas gracias Cris, una puerta rústica para una persona «urbanistas». Un abrazo.