Siempre que salgo de casa (de paseo, de viaje, de excursión, etc.) procuro que mis intestinos estén limpios y mi vejiga vacía, porque nunca se sabe en qué sitio puedes necesitar hacer uso de inodoros «desconocidos».
A veces, los aseos están en pequeños cuartitos donde también están los papeles tirados al suelo, las fregonas, los cubos y las botellas de cerveza o refrescos esperando próximas consumiciones..
Aunque si algo hay desagradable es no encontrar papel higiénico o jabón, claro que hay ocasiones en las que las toallas brillan por su ausencia o es preferible no utilizarla (por si te llevas algo que tú no trajiste). La pandemia nos ha sensibilizado más con la higiene.
No soy una maníaca de la limpieza, pero procuro que si voy a tomar algo (comer, beber, etc) los aseos estén a la altura del resto de los espacios del local, que no sea solo que las servilletas de papel se hayan retirado, Pero entonces ¿cómo nos limpiamos?
Hoy hay que cuidarse de estos aseos, los virus, las bacterias, están al acecho.
Buenos consejos. Me encanta la obra de arte, los colores… las sugerencias.
Mi abrazo.