No creo que esté exagerando pero estamos siendo víctimas del miedo a hablar. Ese temor a no ser políticamente correctos en nuestras expresiones: «Un hombre negro», no, ahora se dice «un hombre de color» y yo me pregunto ¿se qué color?. Los escritos, para tener un «lenguaje inclusivo», deben llevar la forma masculina y femenino, repetidas como papagayos…
Esta sociedad creo que carece de ideas originales, vamos, carece de ideas y se observan a personas inteligentes, que están especializadas en las ciencias, haciendo esfuerzos para adaptarse al movimiento dominante, para que no los consideren retrógrados, anticuados o algo peor…. Cuando personas se permiten inventar palabras que ni ellas han acuñado tras años de estudio e investigación pero que resultan «originales» y que hacen hablar a los medios de comunicación…, eso, les hace mucha gracia.
Tal vez no sea inclusiva pero me considero capaz como la primera, he tenido un trabajo remunerado en una empresa privada (y sin cuotas ni favores), que me ha permitido como a otras mujeres, sacar adelante a tres hijos, les he dado estudios universitarios y ahora, me vengan diciendo boberías las «paritarias». Eso, me molesta mucho.
Que esas falsas «igualitarias» sin ningún empacho, se pongan a dar lecciones de «paridad» cuando ellas «no han dado un palo al agua» (vean los C. V. de muchas feministas que se han subido al carro de la moda).
La mediocridad hace estragos en nuestra sociedad cuando personas sin formación contrastada se permiten dar sus opiniones en tertulias y foros. Realmente en este país llevamos muchos puntos de ventaja en vulgaridad, como diría en aficionado al futbol «ganamos por goleada».
Y cuánta razón tienes en todo, amiga. Te felicito.Me encanta tu dibujo. Besos.