No va de broma, las brujas existen. Ahora ya no son esas mujeres de verrugas en la cara, desdentadas, montadas en escobas, hacienda pócimas en grandes calderos y con un gato negro y una lechuza como mascotas, pero están entre nosotros, disfrazadas.
Son esas personas negativas que, a veces, aparecen en nuestra vida. Esas personas que con palabras cautelosas y buenos modos siempre miran el lado crítico de otras personas, de otras situaciones, de otras opiniones o proyectos… («no es por nada, pero esa persona, decías que era tu amiga…y mira, no lo parece, porque ha hecho…»). Son esas personas que todo lo critican porque no se ajusta a su manera de ver las cosas o porque son unas amargadas, de buscarle siempre «los tres pies al gato»
Esas personas que no van con la claridad ni en sus actos, ni en sus palabras, que te preguntan porque quieren enterarse de todo (aunque ellas no suelten prenda), para luego echarte en cara que dijiste, que hiciste, que estuviste…, aunque haya pasado tiempo y no venga a cuento en la situación. Son personas grises, sin alegría, que no saben disfrutar de la amistad, de una buena charla sin criticas ante una taza de café, de la compañía de otros. ¡¡ Librémonos de ellas !!
Cuanta verdad, amiga, brujas disfrazadas. Que Díos nos libre de ellas… porque además son envidiosas. Un buen artículo.
Tienes razón, son envidiosas y «liberanos Dómine». Un abrazo.