Miguel Hernandez, el poeta alicantino, era pastor de cabras, porque una familia numerosa tenía que hacer frente al negocio en una época dura. ¿y no ha sido siempre la época dura la de nuestros campesinos? Así que no tenía tiempo para libros, ni dinero
Pero encontró el medio de leer y aprender con la lectura de los poemas clásicos. Algunas personas vieron en él sus capacidades y le motivaron para que leyera y estudiara. Pasaba las horas que le dejaba su trabajo, en la biblioteca del pueblo. Con 20 años, publicó algunos poemas cortos en una revista de su pueblo. Estamos hablando de una persona que nació en 1910 pero su sensibilidad y amor a la poesía clásica, le cambió la vida.
Este no es el único caso, mi amiga también tenía que atender al negocio familiar, eran agricultores, y entre talega de grano que llevaba al molino y esos pequeños descansos que tenía, observaba la música del agua, la escuchaba y le dedicaba todo el amor del trabajo sencillo con sus poemas escritos. Ella no lo tuvo fácil era una mujer…
También tuvo que emigrar para poder desarrollar su talento, sus poemas, sus escritos…, porque nadie le regaló nada pero salió adelante.
Gracias amiga, el humilde no fue un obstáculo para tu sensibilidad saliera porque, cuando se pone todo el empeño y todo el amor, tus poemas son un regalo, tus poemas rezuman serenidad, elegancia, alegría. Eres un ejemplo a seguir. ¡¡ GRACIAS !!
Me hiciste recordar mis primeras lecturas de uno de mis poetas favoritos, Miguel Hernández… y también lo leía junto al molino… como tu amiga. Me emocionaste. Y el dibujo, de premio. Gracias, por tu sensibilidad. Mi abrazo fuerte. Feliz domingo.