Todos pretendemos dar la mejor imagen de nosotros mismos, nos arreglamos con esmero y hoy en día, cuando la imagen copa la actualidad, hacemos muchas cosas que ni siquiera habríamos pensado hacer: Tratamientos de belleza, operaciones estéticas, etc. Sin ánimo de ser puritana pero, ¿no podríamos mejorar nuestra imagen con mejores modales…, con el tono de voz más pausado…, con ese lenguaje corporal que coincida con lo que decimos?
El otro día nos encontramos con una persona que hacía algún tiempo que no veíamos…, los clásicos saludos, los «¿qué tal estáis…? etc. Eso, por simple cortesía, habría resultado muy agradable pero la persona en cuestión me miró de arriba a abajo…, «Te veo muy bien»…, su mirada, sin ningún recato ni delicadeza, me hizo sentir como ese ganado que vas a tasar en el mercado…
Hace unos años, un humorista como «niño repipi» decía: «Qué buena estás Carolina», eso no sería políticamente correcto hoy en día, pero ni las miradas ni según qué expresiones, tampoco lo son.
Hay que tener más cuidado con lo que se dice, cómo se mira y a quién se mira, para que las personas no se sientan incómodas. Porque un comentario puede suponer algo molesto.