Una vez, una rana cayó en una cacerola con agua, sorprendida al notar una cosa diferente, se puso a nadar con tranquilidad dando vueltas en el recipiente. No sabía que el humano había encendido el fuego y la temperatura comenzó a subir. Sin embargo, nuestra rana siguió nadando tranquilamente, sí que notó que la temperatura había subido un poco, pero estaba agradable, el agua estaba demasiado fría para su gusto y un baño tibio le sentaría bien.
La temperatura siguió subiendo pero la rana, tranquilamente seguía en la cacerola. El agua empezó a estar caliente, casi demasiado caliente, casi demasiado caliente y ya le empezaba a molestar a la rana. «Caramba, me estoy quemando»…, y buscó cómo salir de allí, pero no podía, se estaba quedando sin fuerzas…, y así es cómo la rana se quedó cocida en la cacerola. Poco a poco, sin que se diera cuenta…
Eso es lo que están haciendo las diferentes compañías eléctricas en España, van subiendo poco a poco el precio de la electricidad y como la rana de nuestro cuento, no nos damos cuenta de que somos las víctimas de una especulación que no tiene nombre, que nuestro dinero va a parar a bolsillos ajenos. De grandes compañías eléctricas que con los dividendos que dan a sus accionistas, ganan mucho dinero.
¡Cuánta verdad! Y además, esas mismas compañías nos obligan a invertir en placas solares, por si fuera poco… Un gran negocio redondo. Y se creen que nos engañan…