Estoy en casa con mi hija de 4 años. ella esta en el piso de arriba jugando, yo preparo los materiales para las actividades del día siguiente. “Mami ven, mira que bonito”. No puedo cariño, le respondo, bajalo y lo veo. “No puedo bajarlo, ven, mira” su voz muestra interés y premura. Subo y la encuentro mirando por la ventana hacia el cielo. “Mira que colores tan bonitos hay”. Donde, ¿en el cielo? Y me responde llena de orgullo: “si, mira”.
Solo tiene 4 años pero su sensibilidad a la belleza ya esta ahí, solamente hace falta que entre todos no se la arranquemos y pueda seguir disfrutándola (y nosotros también).