Nos gustan las flores, de hecho, regalamos flores muchas veces a las personas a las que queremos demostrar nuestra amistad, cariño o reconocimiento. Sin embargo, cuando te paras a pensar en que estas regalando, me acuerdo de las palabras de Albert Cohen que define los ramos de flores como «cadáveres que metemos en agua para que duren».
Ya se que algunos pensaran que es una idea muy negativa pero lo cierto es que cuando cortamos una flor ya estamos haciendo que muera, fuera de su planta es ya un cadáver, aunque nosotros las utilicemos para alegrar una habitación.
Una demostración clara la tenemos con las amapolas, todos hemos cortado una amapola cuando estamos en el campo, su color tan alegre, la delicadeza de sus pétalos, nos hace cortarla y la llevamos en la mano, al cabo de muy poco rato, esa flor esta ajada, mustia, sin vida….
En el cuadro vemos flores, están en el jarrón para nuestro deleite y realmente es un bonito conjunto «de cadáveres». La técnica que utilice es pastel.
Tintero y pincel 