Almendra

Esa palabra no sólo se refiere a un fruto rico en calcio, ni a la forma de enmarcar algunas pinturas es también el nombre de un pantano que esta juntó al pueblo del mismo nombre, Almendra, en la provincia de Salamanca.

Fui ayer, hacia un bonito día, el cielo estaba limpio de nubes, el sol brillaba y calentaba lo suficiente. Llegamos sobre las seis de la tarde y no fuimos los únicos que nos asomamos en la presa. Dicen que, midiendo desde donde empiezan los muros de contención hasta donde acaban en el otro lado, es la presa más larga de la Península.

Lo cierto es que la vista era increíble, las carpas son abundantes y muy grandes, el agua era azul, reflejo del cielo tan despejado y brillante que teniamos, pero lo que me sorprendió fue la cantidad tan grande de mariquitas, ese simpático coleópteros cuyos elitros son de color rojo con puntitos negros. Ese insecticida natural ya que se come las larvas que tanto pejudican en los cultivos.

Volaban por todas partes y se posaban descaradamente en la blusa, el escote, los brazos, los pantalones…Si les ponías el dedo seguían andando por el con una seguridad que sorprendía, solamente si soplabas fuerte sobre ellas, salían volando para alejarse.

Esos insectos que se consideran símbolo de la buena suerte porque son beneficiosos para la agricultura e inofensivos para el hombre.

Me recordó un libro de Educación Infantil que tiene a una mariquita de protagonista y recordé a mi pequeña… Seguramente al principio le habrían asustado por su abundancia pero habría terminado disfrutando con ellas como lo hice yo.