Incongruencias.

Supongo que el ser humano es incongruente muchas veces, pero cuando convives y observas el comportamiento ajeno, te quedas sorprendida. Ojo, eso no quiere decir que yo no sea incoherente muchas veces…

Estoy compartiendo unos días, estancia y mesa con personas a las que seguramente no volveré a ver, aunque nunca se sabe…

Somos cuatro personas en la mesa y podemos elegir entre tres primeros platos, tres segundos y tres postres…, somos tres mujeres y un hombre. Este último siempre elige los platos más contundentes, paella, pasta, potajes, carnes rojas en la comida y la cena, asados, etc., y sus desayunos tampoco pasan desapercibidos…, hasta ahí, una descripción del escenario en el que observo.

Entre esas conversaciones que surgen alrededor de la comida, el matrimonio comenta que el marido tiene el colesterol «un poco alto», bueno, si miras lo que esta comiendo estos días, no te sorprende porque tampoco son personas que caminen o hagan ejercicio complementario a la ingesta que, por otro lado, parece ser su forma habitual de alimentarse ya que la esposa, en ningún momento le ha dicho que se controlara…

Voy a cafetería después de comer y coincido con ellos. Están pidiendo una infusión «para bajar el colesterol», infusión que se toman los dos acompañada otra vez de bollerías, aunque ella se alimenta preferentemente de frutas, verduras, pescados y ensaladas… ¿Es amor, solidaridad, sacrificio por parte de ella? ¿Realmente cree el marido que con una infusión puede contrarrestar el tipo de comida que consume?

El otro día oí : » Cada uno es responsable de su salud». Eso me hizo pensar, hacemos lo que queremos y luego esperamos que otros arreglen «los desaguisados» que hemos hecho a lo largo de nuestra vida… Realmente somos incongruentes.