Los que hemos tenido la suerte de estudiar latín en nuestro bachillerato, (ese que ahora llaman memorístico pero que nos proporcionó una cultura extensa e intensa) teníamos la costumbre de que cuando alguien se dedicaba copiar en los exámenes comenzábamos a enunciar el verbo «copiar» de la primera conjugación.
Mi amiga, una gran poetisa, descubrió que estaban plagiando sus obras, al principio se enfadó porque estaban usado su nombre y su trabajo pero después se dio cuenta de que aquello era un piropo. Las personas de «ética despistada» solo sabían demostrarle su admiración, su respeto y aceptaban su superioridad de esa forma, imitándola.
Hay que ser muy grande para no enfadarse cuando alguien nos copia las ideas y encima soportar que nos las muestren como propias, pero no hay que olvidar lo que dice el refranero español: «de mis imitadores serán mis defectos» o como decía el torero: «habemos gente pa’ too»… Creo que todos debemos reconocer nuestros limitaciones, aunque nuestro ego se revele y, a veces, le resulte humillante.
Me hiciste recordar un poema que escribí hace tiempo… De mi libro: Silvas de mi selva en ocaso. Este libro lo puedes leer completo en mi blog. Y era referente a lo de Copia. Una vez, en un rincón de poesía, un participante, me envió un poema mío para publicar con su nombre y me hizo tanta gracia y a la vez me dio una especie de pena, así me di cuenta que la inspiración no está a nuestro alcance y no deja de ser un misterio… Bueno te copio mi poema en agradecimiento al dibujo que hiciste… Un abrazo Tintero.
COPIA
Copia la mosca el vuelo de la abeja
copia la nube de la blanca nieve
y copia el fuego al Sol
y el agua al viento y las horas al tiempo
y las palabras copian de los muertos
y los colores copian de las flores
y copia la amapola de la sangre
y el picaflor del ruiseñor la forma,
los pinos de los cedros,
los sueños de las aves,
las mariposas copian
el danzar de las olas
y copia el arroyuelo de las venas
y el llanto copia al llanto de los mares.
Copian las azucenas la pureza
y las rosas el rubro de la tarde,
copian el Poeta y el Pintor
y el Alfarero el Arte.
Copia un verbo a otro verbo.
una mano a otra mano,
un aliento a otro aliento
y copia el beso a la llama cuando arde.
Copia el paso del ritmo,
las voces del sonido,
la risa de los pájaros,
copia la muerte al árido esqueleto
y es un plagio de Sol la margarita
y una reproducción de cielo el mar.
Mi cuerpo es la barquilla
o el arado romano
arrinconado en el barroso surco.
Es réplica el amor de la alegría,
de ocaso y flor la tarde es testimonio.
Lluvia, lágrima y tragaluz en calco
son copia del dolor.
Todo es copia: hasta el Alma
que pareciera liberada en forma
y oculta en fantasía.
Ella es copia sagrada
y aún más, fotografía,
de esa Suprema Luz que nos hermana
en tiempo, espacio y vida.
Julie Sopetrán
Mil gracias por tu poema.Esta entrada era para tí y por tí. Un abrazo
Muy bueno, Julie, como todo lo que escribes!!
Copiar descaradamente me parece una indecencia. Me parece mucho más bonito mostrar los logros de otras personas con su autoría.
Besos de martes lunero.
Por supuesto. Eso nos indica lo que valen esas personas…, Un abrazo de miércoles y de semana completa.
¡¡Que grande tu amiga!! En el fondo, la mayoría necesitamos ver, conocer otras obras, tener referencias, leer otras letras, para despertar nuestra imaginación y obtener inspiración…pero copiar descaradamente… no. Besos.
Totalmente de acuerdo. Besicos.