Eso de ser la más joven de la familia tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero no me voy a quejar. Una de mis hermanas vive en otra ciudad y aunque nos visita con frecuencia, sus obligaciones profesionales y familiares no le permitieron venir a la «casa matriz» a celebrar su cumpleaños.
– ¡Muchas felicidades hermana! ¿Qué tal estás?
– Muy bien, me han regalado algo que me hacía mucha ilusión y esta noche nos iremos a cenar todos por ahí para celebrar mi cumple.
– ¡Cuídate mucho y no hagas tonterías que ya tienes medio siglo!
– Hija ¡ cómo suena! Vamos, que casi me voy a hacer un chequeo en cuanto acabe de hablar contigo. Jajaja.
Eso es lo bueno de nuestra relación, que No nos molestamos por las bromas y que el buen humor siempre está ahí.
Felicidades para tu hermana! Y que siga la buena armonía, muy importante para mantener sanas las bromas. Te mando mi abrazo y feliz semana…
Gracias amiga