En casa, con una familia numerosa de 6 miembros, siempre había algo que hacer, coses, ordenar, planchar, etc., así que, a veces, especialmente mi madre, tenía la idea de que una cosa era estudiar porque era lo que teníamos que hacer y otra muy diferente: leer, vamos perder el tiempo según ella.
Es curioso porque todas estudiamos una carrera, pero la hermana que me antecede, era una gran lectora y era frecuento que mi madre no estuviera demasiado de acuerdo porque considerara que leer era «no hacer nada». Hay que reconocer que mi madre siempre estaba atareada con diferentes cosas, era como una hormiguita (tejía punto, cosía nuestros vestidos, bordaba, etc.) y que gracias a ella, todos teníamos lo necesario y algo más.
Las madres, esas mujeres que siempre están a nuestro lado, que nos animan, nos consuelan y son nuestras primeras admiradoras son el pilar de nuestra casa y cuando nos falta, casi todo se tambalea.
Tintero y pincel 
Nada como una madre, haga lo que haga, siempre lo hará con amor.
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Totalmente de acuerdo. Salidos.
Tu dibujo expresa toda la ternura y el amor de una mujer entregada a su familia… y así era antes, leer, escribir, para nada servía entonces…a mi me quemaron los libros para que no leyera, porque no era bueno que una mujer supiera mucho… Muy buena reflexión, amiga. Besos.
Aunque para mi hermana no fue tan traumático, tampoco lo tuvo fácil. Un abrazo de lectora a lectora.