El Uno.

Había un prestidigitador/mago que se llamaba Pepe Carrol que con su humos somardo y poniéndose un gran distintivo (como esos que ponen en los rodeas del Oeste americano al campeón de algo, decía: «Soy el mejor». Esa frase con el tono y el sentido del humor que le caracteriza, tenía su gracia y nos hacía sonreír. Creo que ya no está entre nosotros, si es así, D.E.P.

Pero hay otras personas que no tienen ni su gracia ni su humor y que resultar realmente pesados por su prepotencia y su afán de ser «el palico de la gaita» (el centro de atención de todo y se todos). Si ellos dicen algo hay que escucharlos con respeto, entre otras cosas porque siempre elevan su tono de voz un punto más alto que los demás. Como decía un amigo: «No chilles, mejora sus argumentos».

Necesitan ser: «En el bautizo el crío, en la boda la novia y en el entierro la viuda (porque el muerto ya…)» A veces pienso que es que en su casa no puede expresar sus opiniones (¿Porque alguien chilla más que él o porque se siente en desventaja?) y por eso, cuando encuentra otros grupos, se toma la revancha. Es una opinión…, claro, pero tiene la habilidad de pensar que él siempre tiene la «ultima palabra»

Debe ser muy cansado ser siempre el primero, el mejor, al que nadie le puede hacer sombra…, si alguien se la hace…, se enfada , no respira y no habla. Es una maldad, pero si no habla…, mejor .Un saludo.

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Por tinteroypincel

Me gusta la Naturaleza, la literatura, el dibujo, la pintura y los niños. Estar con mis amigos y contar historias, reír y hacer un pocos más fácil la vida a los demás.

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