Es una palabra que se ha puesto de moda en el lenguaje de este país, con tanto programa de cocineros, chefs y similares.
Os cuento mi experiencia. Fui a comer con una amiga y pedimos algo muy común: » huevos fritos con patatas». Allí llego nuestra comanda, un plato con un adorno en arabescos de vinagre de Modena, tres hojas de lechuga bataria dando color con sus tonos verdes, burdeos y marrones en el otro lado y en el centro los protagonistas, sobre un lecho de patatas fritas estaban dos huevos fritos con la yema cuajada, la clara gelatinosa-blancuzca (es decir, sin cuajar) que nos miraba con soberbia como diciendo ¿os habéis fijado que bien emplatados estamos?
Nuestras madres emplataban menos y comíamos mejor.
JAJAJA, Ya sabes lo que pienso de los emplatados. ¡¡Donde esté un buen huevo frito, con su puntillita dorada!!
Eso! :). 🙂
Con lo buenos que están tal cual, como siempre se han hecho. Un plato sencillo pero sabrosisimo. La presentación nunca tiene que suplir la buena cocina.
Yo hago una versión un poco ligera. Pongo rodajas de patatas en una bandeja en el horno y cuando casi están hechas les pongo los huevos por encima y los dejo justo que se cuajen. Pruébalo están buenísimos y no engordan tanto.
Saludos
Lo probare. Gracias.
La simpatía resignada y luego el toque de humor. Tienes toda la razón: el abuelo y el marido se enfadarían y dirían: ¡paparruchas! ¡Qué bien me saben las «patatas a lo pobre» de siempre!, con naturalidad (sin emplatar, que, encima, no parece muy timbrada palabra).
Un buen abrazo.
Pero si no te das importancia…. 🙂 🙂
Mi saludo. 🙂
A mí me carga un poquito que nos hayamos vuelto un poco especialitos… Un amiguete mío se pone enfermo cuando le sirven el Gin Tonic al cardamomo y cosas así.
Es que cuando somos especiales… Jajaja.
Yo pido huevos con patatas y me traen ese circo montado en el plato y seguro que le digo que se ha equivocado de mesa. Lo que es la televisión y las modas…
Jajaja.